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LAS CASAS DE LA ALAGUNA

 

Angel García Roldán.

 

 

Texto publicado en la monografía "Las Casas de la Laguna".

Vera Icono Producciones. 2019

 

 

 

Desde hace años, algunos parajes se han convertido en el punto de partida de muchos de mis proyectos fotográficos. Busco en ellos el paisaje que haga posible concretar el relato de cada cuerpo, de cada persona. De esta manera he ido realizando las distintas series, consciente de que en ellas se describe el breve encuentro con un escenario desconocido e impenetrable, donde cada gesto simplifica la relación de lo humano con su mundo: el de la naturaleza que somos y el del hábitat que construimos.

 

Este libro recopila una buena parte de ese trabajo, consistente en capturar cada momento y dar testimonio de una arquitectura humana que desaparece, paradójicamente, en la propia naturaleza y es engullida lentamente en sus ciclos. Algunas de estas construcciones ya no existen y de alguna manera alimentan, aun más si cabe, cada uno de estos relatos centrados en una particular visión de lo efímero.

 

En estos continuados paseos alrededor de las casas de la laguna, he observado cómo el paso del tiempo ha deteriorado estas construcciones efímeras, haciendo perceptible esa extraña sensación de liberación tan característica de las cosas que están a punto de transformarse o desaparecer. Para llegar a muchos de estos espacios, en los que guarecerse del sol en verano y la lluvia o el frío en invierno, había que recorrer una suerte de sendas en la que asumir desde el inicio como verdadero acompañante el olvido. Rememorar esos momentos hace que caiga en la cuenta de que los caminos, a veces, son creados para dirigirnos a un destino desconocido. 

 

Las distancias eran cortas y los recorridos laberínticos. Enseguida uno creía estar alejado de la urbe y su velocidad. Pero más allá de los trayectos, la relación entre la cartografía y el cuerpo resultaba tan íntima que todo lo que ocurría se convertía en un incesante flirteo para mantener el juego de la seducción a favor de uno, y de esta manera no dejar escapar ningún instante de sutileza. 

 

Las Casas de la Laguna es la memoria de esos espacios en los que he estado fotografiando durante todos estos años: las pequeñas casas de madera utilizadas para avistar la fauna silvestre alrededor de la laguna del Padul, o esos otros recintos construidos por los agricultores para almacenar y secar el tabaco —un cultivo casi perdido y que no hace mucho tiempo inundaba buena parte de la Vega de Granada—. Me resulta curioso entender ahora que todas las arquitecturas, en esencia, son levantadas para proteger y resguardar. Es posible que durante todo este tiempo lo que realmente he estado fotografiando sea esa débil y permanente idea de refugio, aunque mis fotografías puedan parecer que tratan de la desnudez de sus habitantes. No puedo negar el carácter evocador de estas imágenes, pero creo en un erotismo que, de existir, es siempre una tímida y sutil mirada sobre lo efímero; sea sobre su naturaleza o sobre la cartografía escrita en el cuerpo. Por eso, la débil impresión de que quedaron atrapadas en el instante, hace que surja el cándido rubor ante lo que ya no existe y no se siente, transformando el relato en un recuerdo volátil; en un no-ser en alguna parte.   

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'Las Casas de la Laguna'. 2019

Monohgrafía

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'Las casas de la Laguna'. 2019.

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