top of page
Edward-Weston-1.jpg

EDWARD WESton

Edward Weston nació en 1886 y se inició como fotógrafo a los 16 años, destacando por sus fotos en blanco y negro dentro de la corriente pictorialista del momento. Pero Weston estaba convencido de «convertir los lugares comunes en inusuales», y lo logró. Tanto, que su legado sigue siendo un referente ineludible para la fotografía actual.

 

En su biografía y trabajo destaca la influencia directa del pintor mexicano Diego Rivera, haciéndose amigo, a través de él, de otros artistas pertenecientes al movimiento estridentista que en ese momento tomaba auge en México, como Frida Kahlo, Nahui Ollin, o Manuel Álvarez, entre otros. En 1927 regresó a California y su técnica dio un giro dándole más importancia a la profundidad de campo y al enfoque en sus fotografías para ofrecer una perspectiva nada común. Cinco años después fundará el Grupo f/64, un colectivo formado por Weston y otros fotógrafos relevantes como Ansel Adams, Imogen Cunningham y Willard van Dyke, que influyó enormemente en la estética de la fotografía estadounidense. Curiosamente el nombre proviene de que es el f/64 el diafragma más cerrado que traían los objetivos de las cámaras de gran formato de la época y suponía el sello de identidad de los fotógrafos de este movimiento. 

En 1937, Weston recibió la primera Beca Guggenheim otorgada a un fotógrafo, lo que lo liberó de ganarse la vida como retratista. Durante esta época hizo varios trabajos por solicitud, como la ilustración de Hojas de hierba de Walt Whitman, y las colaboraciones con Nancy Newhall y Willard Van Dyke.

En 1948 contrajo la enfermedad de Parkinson. Su segundo hijo, Brett Weston (1911-93), y su cuarto hijo, Cole Weston (1919-2003), ambos fotógrafos mantuvieron como fotógrafos la estética y tradición de su padre, responsabilizándose además de la conservación de su obra.

En cuanto a su fotografía de desnudos, Weston quiso reflejar la particular belleza amada, tanto en el tiempo como en los lugares vividos, a través del vínculo del cuerpo y la naturaleza, y de la fotografía y el afecto: a diferencia de la mayor parte de la fotografía erótica que busca focalizar el deseo a través de la pulsión visual, esto es, la foto erótica como escopofilia; en Weston nos topamos con un caso extremadamente particular del deseo resuelto en la propia imagen, pues el fotógrafo no solo ve, sino que también ama al sujeto que fotografía. No se trata, del cuerpo de una mujer, sino de sus parejas, y por lo tanto, sus fotografías están cargadas de la densidad del afecto. Podemos entrever en los desnudos de Weston que el deseo no es la motivación principal de sus fotografías, permitiendo que el cuerpo representado pueda superar el contexto y el sentido originario para el espectador, otorgándole un halo de evidencia y ocultación a la vez: una iconografía del cuerpo que alude siempre a su mística y oculta privacidad.

«¿Es el amor como el arte, algo que siempre está por delante, que nunca se alcanza del todo...?»

 

Edward Weston.

 

+info: https://edward-weston.com

https://www.westongallery.com

 

bottom of page