Algunas imágenes, por evidentes que nos parezcan, cobran un interés inusitado si la experiencia que recogen sirve para descubrir nuevos puntos de vista y situaciones nunca antes observadas de nosotros mismos. Dormir es una de ella, el último parpadeo o la evidencia del sueño profundo son imagenes que extrañamente tenemos de nostros mismos. De aquí el interés de la experiencia, observar  lo que intuimos pero nunca vemos.