Hacia tiempo que llevaba recopilando algunas fotografías de mis viajes..., ahora están recogidas tras el título "Social Club": Una incursión por los territorios del instante.
Lo que ocurre puede ser vivido por otros, aunque no deja de ser una circunstancia intangible, casi intocable, posiblemente inconsistente en la experiencia que terminamos teniendo del tiempo. No podemos contemplarlo todo, a pesar de que los medios y el "Star System" nos empujen una y otra vez a considerar que somos parte de un mundo tan globalizado que es innecesario sentir el golpe del viento si no se lo cuentas a todo el mundo, que tontería. Esa clase de imágenes; falsas, estereotipadas, simples, y banales no me interesan nada. ¿Pero a quién puede interesarle el simulacro sobre una doble mentira?
La realidad es muy distinta; inmensa, en miradas cómplices; auténtica, en la soledad que aísla a cada individuo en su deriva; y concreta, en la colectividad de nuestros quehaceres. La ciudad esta llena de otredades, de fascinantes historias que solo conocen sus protagonistas, pero que podemos admirar y convertir en nuestra historia si estamos lo suficientemente atentos.
"Social Club" surge como una idea de agrupar esas miradas ocasionales, aunque constantes, que a menudo surgen en el viaje o en el caminar por la urbe conocida y desconocida, en el que la emoción por lo nuevo permite filtrar la realidad como un observador aventajado. El mundo es un gran club en el que se representan las vidas de sus habitantes.
El ejercicio, en el fondo, pretende alimentar un relato sin duda vivido, y describir, o al menos intentar, una suerte de cartografía que surge de forma natural cuando se asume la necesidad del parpadeo —augenblick— : ese vínculo con el mundo que nos muestra sus imágenes.